1.1 Implicaciones biológicas de las emociones
A partir de las formulaciones cartesianas, en las que se considera la enorme importancia de las variables biológicas, así como la relevante aportación de Darwin, que marca un hito insoslayable en la investigación emocional, se desarrolla una seria perspectiva que llega hasta la actualidad con importantes aportaciones. La combinación de esos dos argumentos ha dado lugar a una de las formulaciones más atractivas en el ámbito emocional.
En efecto, la obra de Darwin: The Expression of the Emotions in Man and Animals (1872) marca el inicio de las posteriores investigaciones centradas en los aspectos evolucionistas. Aunque algunos autores (Carlson y Hatfield, 1992) prefieren hablar de las teorías evolucionistas en tanto que orientaciones expresivas, consideramos que los factores biológicos constituyen un criterio válido y nos permite seguir nuestra estructuración general. Las aportaciones de Darwin representan el fundamento de lo que posteriormente serán las formulaciones biológicas y las formulaciones expresivas. El hecho de incluir la argumentación de Darwin en el apartado biológico se debe a que, sin ninguna duda, representa el origen de prácticamente todas las teorías biológicas sobre la emoción.
En esencia, Darwin, basando biológicamente sus premisas, establece que los movimientos corporales y las expresiones faciales cumplen un papel de comunicación entre los miembros de una especie, transmitiendo información acerca del estado emocional del organismo. Las emociones, así como la expresión de las mismas, son innatas, aunque se admite la posibilidad de que los factores de aprendizaje puedan ejercer algún tipo de influencia sobre la expresión. Precisamente, esta posible influencia de los factores de aprendizaje permite que las emociones evolucionen a través del tiempo para incrementar la probabilidad de que el sujeto y la especie se adapten a las características cambiantes del ambiente externo.
Con claras influencias de las aportaciones evolucionistas y de las raíces filosóficas, surgen diversas aproximaciones interesantes, entre las que merecen ser reseñadas las de McDougall y James, así como las críticas que formuló Cannon a esta última.
Vale mucho la pena revisar las siguientes aportaciones:
McDougall (1908/1950, 1928) pone de relieve la capacidad que tiene un organismo para acercarse a las metas beneficiosas, hecho éste que representa un aspecto importante en Psicología, ya que todas las conductas se encuentran regidas por un principio básico: aproximarse hacia lo que produce placer y evitar lo que produce dolor. Sin embargo, estos dos "sentimientos", según la terminología de McDougall, no son suficientes para entender el funcionamiento del ser humano, que debe ser considerado como un organismo cognitivo y con expectativas. Cuando expusimos la evolución teórica de la Psicología de la Motivación, ya hicimos referencia a la importancia que tienen para McDougall los instintos, los cuales posibilitan todos los pensamientos y acciones. De hecho, McDougall proponía que toda conducta es instintiva. Los instintos también tienen un componente afectivo, que se refleja en cambios viscerales y corporales. En esta argumentación, tal como señalara hace algunos años Strongman (1978), la percepción produce la emoción.
Por otra parte, la formulación de James (1884/1985), además, posee el valor de ser la primera teoría psicológica formulada sobre la emoción. Aunque había habido muchas aportaciones en el campo de la emoción, sin ir más lejos los propios maestros de James, entre ellos Descartes, con James se pone la primera piedra en la construcción de la Psicología de la Emoción. Se puede plantear que James aporta la primera teoría en la cual se asume la existencia de emociones concretas, las cuales poseen una base claramente instintiva, y pueden ser separadas y diferenciadas de ciertos sentimientos. Así, los estímulos que proceden de colores y sonidos producen sentimientos no emocionales, distribuyéndose a lo largo de un continuo o dimensión "placentera-displacentera". Estos aspectos han influido considerablemente en las posteriores teorías y argumentos propuestos.
En los últimos diez años hemos asistido a un fenómeno proliferativo en la búsqueda de las bases neurobiológicas de los procesos emocionales. Si bien, como señalamos, el punto de partida ha sido el importante legado de los localizacionistas clásicos (Papez y MacLean, fundamentalmente), no hay que dejar en un segundo plano los estudios de algunos autores de hoy (como LeDoux y Damasio, por citar a dos de los más relevantes). No hay que olvidar que, en cierta medida, nuestro conocimiento de la Emoción ha sido severamente restringido durante gran parte de la etapa dominada por el conductismo, y casi por completo durante la hegemonía cognitivista en Psicología. Según el argumento de Adolphs y Damasio (2000), el problema resultante de esta supresión consiste en que el procesamiento de la información, sin las dimensiones motivacional y emocional, no posee un valor intrínseco a la hora de extrapolar los resultados a la conducta humana. La dificultad evidente de la orientación cognitivista, junto al desarrollo o auge que han tomado las orientaciones biologicistas más recientes, permiten defender que en la actualidad son éstas -aunque, en sentido estricto, habría que hablar de teorías neurobiológicas- las que acaparan el máximo interés, y son las que aportan resultados más contrastados. Uno de los argumentos que impregna los descubrimientos llevados a cabo en las últimas dos décadas tiene que ver con un hecho insoslayable: todas las acciones derivadas de la actividad del sistema nervioso central contribuyen a los procesos afectivos. Pero, al mismo tiempo, una de las principales asunciones neuropsicológicas se refiere al hecho de que la conducta y los estados de la experiencia se encuentran físicamente mediatizados por el cerebro. Consecuentemente, la conducta emocional y el afecto también se encuentran modulados por el funcionamiento cerebral, de tal suerte que cualquier perturbación cerebral puede repercutir sobre la experiencia y la conducta emocionales. En efecto, cualquier cambio en dichas actividades afecta al modo mediante el cual expresamos nuestra propia conducta emocional, y al modo mediante el que interpretamos la conducta emocional de los otros.
Actividad 1
1.-Revisa la siguiente lectura:
- Solms, M., & Turnbull, O. (2005). El cerebro y el mundo interior. Una introducción a la neurociencia de la experiencia subjetiva (1.a ed.). Fondo de Cultura Económica
2.-Elabora un cuadro en el cual enlistes los neuroquímicos que intervienen en el surgimiento de las emociones.
3.-La actividad deberá ser enviada a través del foro en este blog.
1.2 Función social de las emociones
Puesto que una de las funciones principales de las emociones es facilitar la aparición
de las conductas apropiadas, la expresión de las emociones permite a los demás predecir
el comportamiento asociado con las mismas, lo cual tiene un indudable valor en los
procesos de relación interpersonal. Izard (1989) destaca varias funciones sociales de las
emociones, como son las de facilitar la interacción social, controlar la conducta de los
demás, permitir la comunicación de los estados afectivos, o promover la conducta
prosocial. Emociones como la felicidad favorecen los vínculos sociales y relaciones
interpersonales, mientras que la ira pueden generar repuestas de evitación o de
confrontación. De cualquier manera, la expresión de las emociones puede considerarse
como una serie de estímulos discriminativos que facilitan la realización de las conductas
apropiadas por parte de los demás.
La propia represión de las emociones también tiene una evidente función social. En
un principio se trata de un proceso claramente adaptativo, por cuanto que es socialmente necesaria la inhibición de ciertas reacciones emocionales que podrían alterar las
relaciones sociales y afectar incluso a la propia estructura y funcionamiento de grupos y
cualquier otro sistema de organización social. No obstante, en algunos casos, la
expresión de las emociones puede inducir el los demás altruismo y conducta prosocial,
mientras que la inhibición de otras puede producir malos entendidos y reacciones
indeseables que no se hubieran producido en el caso de que los demás hubieran
conocido el estado emocional en el que se encontraba (Pennebaker, 1993). Por último, si
bien en muchos casos la revelación de las experiencias emocionales es saludable y
beneficiosa, tanto porque reduce el trabajo fisiológico que supone la inhibición
(Pennebaker, Colder y Sharp, 1990) como por el hecho de que favorece la creación de
una red de apoyo social ante la persona afectada (House, Landis y Umberson, 1988), los
efectos sobre los demás pueden llegar a ser perjudiciales, hecho éste que está constatado
por la evidencia de que aquéllos que proveen apoyo social al afligido sufren con mayor
frecuencia trastornos físicos y mentales (Coyne, Kessler, Tal, Turnbull, Wortman y
Greden, 1987).
Actividad 2
1.-Revisa el siguiente video:
Anónimo. [Escenas de peliculas!!!] (2018). Intensamente escena final [Video]. Youtube. https://youtu.be/AnfJsOaZ6to
2.- A partir del video propuesto el alumno elaborará un cuadro comparativo de cada una de las funciones de las emociones.
3.-La actividad deberá ser enviada a través del foro en este blog.
1.3 Función evolutiva de las emociones
¿Te has preguntado por qué a todos nos produce la misma sensación
de asco el olor de un alimento echado a perder? O, ¿por qué buscamos
establecer un vínculo amoroso con alguien? Las emociones son expresiones naturales del proceso de evolución, las sentimos porque nos
ayudan a sobrevivir. Sin embargo, cuando perdemos el control sobre
nuestras emociones, en vez de sernos útiles nos pueden llevar a reaccionar de formas de las que después nos arrepentimos. En esta lección
vamos a explorar la función evolutiva que tienen algunas emociones.
Las emociones cuentan
con una función evolutiva
que nos prepara para
enfrentarnos rápidamente
con eventos de relevancia
vital. Cuando sentimos una
emoción como el miedo,
se desatan reacciones
automáticas en el cuerpo.
Por ejemplo: el corazón
late más rápido, cambia
la expresión facial y los
músculos se tensan y
activan para salir corriendo
en caso necesario. Estas
respuestas ocurren debido
a que en el curso de
nuestra evolución han sido
útiles para prepararnos a
enfrentar algún peligro y
se han convertido en un
componente propio de
nuestra naturaleza.1
Envidia.
Sentimiento negativo
por pensar que yo soy
merecedor de lo que tiene
o consigue otra persona.
Deseo fuerte de poseer los
bienes o talentos de otra
persona; a veces implica que
no los tenga ella
Si deseas saber más sobre
la función evolutiva de las
emociones te recomendamos
buscar en YouTube el video
“El origen de las emociones”.
En éste se profundiza sobre
las similitudes que tenemos
entre los seres humanos y
los animales al experimentar
diferentes emociones, así
como, la función que tienen
las emociones para la supervivencia de las especies. O bien,
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